Si eres autónomo y te estás planteando cambiar tu figura jurídica a una Sociedad Limitada (SL), es importante considerar varios factores. En este artículo, exploraremos cuándo puede ser rentable dar este paso, los beneficios y responsabilidades que implica, y cómo debe realizarse esta transición para dar el salto hacia una nueva etapa empresarial.
¿Cuándo es más rentable constituir una SL?
Si tu negocio está en etapa de crecimiento y tus ingresos han aumentado considerablemente, puede ser el momento adecuado para cambiar de autónomo a una Sociedad Limitada. Generalmente, cuando tus beneficios oscilan entre los 40.000 y 60.000 €, constituir una SL se vuelve más rentable.
Como autónomo, estarás sujeto al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), un impuesto progresivo que implica pagar más a medida que tus ganancias aumentan. En cambio, al constituir una SL tributarás a través del Impuesto sobre Sociedades, el cual tiene tipos fijos y no considera el rendimiento del negocio ni los beneficios obtenidos.
Limita tu responsabilidad y mejora tu imagen
Uno de los aspectos esenciales al cambiar a una SL es la limitación de responsabilidad. A medida que tu negocio prospera, también aumenta el riesgo. Bajo la figura del autónomo, en caso de problemas, estarás personalmente expuesto y deberás responder con todo tu patrimonio. Sin embargo, al constituir una SL tu responsabilidad se limita al capital aportado a la empresa, lo cual brinda una mayor protección financiera.
Además, presentarse como una sociedad puede mejorar la imagen de tu negocio, tanto para clientes como para acuerdos con otras empresas, proveedores y entidades bancarias. La estructura empresarial de una SL se percibe como un proyecto consolidado, lo que genera mayor credibilidad y garantía de solvencia.
Pasos para el cambio de autónomo a SL
Si has decidido realizar la transición de autónomo a Sociedad Limitada, es importante seguir ciertos pasos para asegurarte de cumplir con los requisitos legales:
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Informar a la Seguridad Social: dependiendo de tu situación, deberás darte de baja o modificar los datos de tu registro como autónomo (si te conviertes en autónomo societario). Deberás presentar el Modelo TA521/6, que informa sobre el alta, baja o modificación de datos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
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Constituir la Sociedad Limitada: deberás obtener un Certificado de Denominación Social en el Registro Mercantil para asegurarte de que el nombre de tu sociedad es único. Luego, abre una cuenta bancaria a nombre de la sociedad donde ingresar el capital social. Redacta los estatutos de la sociedad, incluyendo el nombre, domicilio, objeto y capital social, así como la forma de gestión y adopción de acuerdos. Deberás acudir a un notario para firmar la escritura pública de constitución de tu sociedad. Obtén el NIF o Número de Identificación Fiscal y registra la SL en el Registro Mercantil.
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Regulariza tu situación con Hacienda: Una vez que tu SL esté constituida legalmente, deberás cumplir con las obligaciones fiscales. Esto implicará realizar ciertos trámites dependiendo de si tu actividad como persona física era clasificada como "profesional" o "empresarial". Asimismo, tendrás que dar de alta censal a la sociedad mediante el modelo 036 y presentar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Recuerda que administrar una SL implica un mayor tiempo dedicado a la gestión y contabilidad de la empresa. Deberás cumplir con la documentación legal requerida y presentar las obligaciones de forma telemática. Considera también que el cambio a una SL requiere una mayor inversión de tiempo y dinero. Si necesitas asesoramiento experto, te recomendamos buscar una asesoría fiscal de confianza que te ayude a agilizar todos estos procesos.