Entender qué es deducible como autónomo en la declaración de la Renta puede hacer una gran diferencia, ayudándote a aligerar tu factura del IRPF. De este modo podrás maximizar tus beneficios fiscales. En este artículo te detallamos algunos de los principales gastos de este tipo que deberías tener en cuenta en el momento de preparar el borrador. ¿Quieres que entremos en materia? Pues no se hable más.
¿Qué son los gastos deducibles?
Son aquellos gastos que se consideran necesarios para llevar a cabo la actividad profesional y que pueden restarse de los ingresos brutos en nuestra declaración de impuestos. Ello permite reducir la base imponible, lo que hará que paguemos menos.
Eso sí, para que un gasto sea considerado como tal debe cumplir com una serie de requisitos establecidos por la Agencia Tributaria. En concreto:
- Vinculación con la actividad profesional o empresarial: el gasto debe estar directamente relacionado con la actividad económica desarrollada por el autónomo.
- Fehaciencia y justificación: tiene que estar debidamente justificado y contabilizado, por lo que ha de existir una factura que detalle los datos fiscales del gasto, así como su relación con la actividad.
- Devengado en el mismo período impositivo: debe haberse producido durante el año fiscal correspondiente.
Ahora que ya sabes qué son los gastos deducibles y sus requisitos, veamos cuáles pueden ser deducidos por los autónomos en España para reducir la base imponible de su declaración.
Principales gastos deducibles
Desde los consumos de explotación hasta servicios externos contratados, los gastos deducibles abarcan variedad de aspectos relacionados con la actividad profesional. A continuación, te detallamos algunos de los principales:
- Consumos de explotación, como materias primas o material de oficina esencial para el funcionamiento del negocio.
- Amortizaciones: la depreciación de bienes materiales e intangibles relacionados con la actividad económica puede ser deducida como gasto. Esto incluye el deterioro de maquinaria, equipos informáticos o vehículos.
- Sueldos y salarios: los costes asociados a la contratación de empleados, como sueldos, salarios, pagas extraordinarias y asignaciones para gastos de viaje, son igualmente deducibles.
- Las contribuciones a la Seguridad Social y los planes de pensiones. Esto incluye las cotizaciones al régimen especial de trabajadores autónomos (RETA) y otras mutualidades de previsión social.
- Uso del domicilio como lugar de trabajo. En este caso puedes aplicar una reducción porcentual en los suministros domésticos utilizados para la actividad profesional. Esto incluye gastos como agua, gas, electricidad o telefonía.
- Arrendamientos y cánones: alquileres de locales comerciales, asistencia técnica y otros servicios similares necesarios.
- Reparaciones y conservación. Por ejemplo, el mantenimiento de maquinaria, equipos y otros bienes.
- Viajes de negocios, como los gastos de transporte, alojamiento y dietas de manutención. Es importante mantener un registro detallado de los mismos, incluyendo facturas y recibos.
- Servicios externos, como publicidad, seguros y servicios bancarios debidamente justificados.
Además, existen otros deducibles que pueden variar según la naturaleza de cada negocio. Por eso, siempre que tengas dudas, te recomendamos consultar con un experto que analice tu situación particular.